Anyone can play guitar

Quien se acuerda del primer disco de Radiohead? Prácticamente nadie, teniendo en cuenta cómo ha sido su evolución posterior, y cómo ellos mismos reniegan del contenido de aquel disco. Ni siquiera tocan en directo Creep, la canción que les lanzó a la fama y que les hizo contactar con una generación, entre la que me incluyo. Aquella voz triste, aquella actitud de derrota asumida, aquellos puñetazos a la mandíbula en forma de guitarras poderosas.

En uno de los discos menos celebrados por los propios Radiohead, “Anyone can play guitar” fue elegida como el segundo single. Evidentemente, a todo el mundo decepcionó, pues no estaba a la altura, como el resto del disco, de Creep, que fue el primero y un bombazo mundial.

Y sin embargo “Anyone can play guitar” es una canción con la que conviene quedarse. El mensaje es claro. Todo el mundo puede tocar la guitarra, todo el mundo puede hacerlo. Radiohead dice que no son especiales, que simplemente hacen lo que les gusta, y que ojalá puedan morir haciéndolo (I wanna be in a band when I get to heaven). A ellos les llenaría eso (Destiny, save me from the world), como a cualquiera le llenaría hacer lo que realmente quieren. Lo que ellos han conseguido, cualquiera puede conseguirlo.

Haz. Haz. Haz.

Toca la guitarra, publica un libro, cambia de trabajo, tírate de cabeza a la piscina, escala el pico más alto, rompe las ataduras, actúa en una obra, juégate el balón decisivo. Cualquier puede hacerlo, cualquiera puede tocar la guitarra. La diferencia es que ellos lo hacen.

Los héroes no son los que imaginan, los héroes son los que hacen.

El batir del hummingbird.

Escucha a Wilco mientras lees, seguro que así es más interesante la lectura!

El hummingbird, el protagonista de la canción que suena, es el colibrí, un ave capaz de batir sus alas a una velocidad pasmosa, que le permite mantenerse como flotando en el aire mientras ataca las flores. Está considerada el ave más pequeña del mundo, y, desde luego, es una de las más especiales.

El colibrí vive en América, migrando por los diferentes territorios, según la época del año. Mide 8.5 centímetros desde la cola al pico. Y es capaz de batir sus alas hasta 80 veces por minuto. Si te parece poco, prueba a dar 80 palmadas por un minuto. Lo ves sencillo? Prueba a hacerlo más de tres minutos, y espera a terminar el post.

El colibrí, el ave más pequeña del mundo, enseña una lección maestra. El colibrí representa el coraje necesario para embarcarse en un viaje épico. Los colibríes migran sobre el Atlántico, viajando cada año desde Brasil a Canadá. A primera vista, el colibrí no parece adecuado para el vuelo transatlántico. No tiene majestuosa envergadura del águila, ni su pequeño cuerpo parece poder almacenar la cantidad necesaria de comida para el camino. Sin embargo, responde a un llamado ancestral de embarcarse en este vuelo épico, y consigue superar esa impresionante distancia gracias a su constancia y su poderoso batir de alas.

Un ave de menos de 9 centímetros es capaz de cruzar América de Norte a Sur y tú…. y tú aún crees que no serás capaz de hacer eso que tanto te preocupa? Qué te lo impide?

Serás capaz de conseguirlo, y además, con gracia y estilo!! O, como dice Wilco… Floating fast like a hummingbird!!

Porque te quiero a ti…

Hay muchas maneras de decirlo.. Hay cientos, miles, y cada día surge una manera nueva de hacerlo. Hay muchas maneras, pero quizá no lo digamos lo suficiente. No tenemos la pausa, el momento breve para detenernos y hacérselo saber al otro. Así que… esta es vuestra oportunidad para decirlo hoy.

Decirle a alguien que le quieres, cuales son tus sentimientos, abrirte, decir la verdad que tienes dentro. A veces el otro ya lo sabes, pero nunca te dirá que no quiere saberlo, que se lo dices demasiado. Puedes hacerlo de manera romántica, o de manera absurda. Siendo chistoso, breve o declamar en verso. Puedes decirlo con un gesto, con una canción de otro o con un recuerdo propio. Puedes dirigirte a alguien de tu familia, a alguien a quien ya querías, a alguien a quien anhelas, a un amigo, a un desconocido, al mundo en general.

Deja tu gesto, tu recuerdo, tu palabra. Tu manera de decirlo, tu única y personal manera de expresarte.

Esta es la mía.

Ritmo!!

Una de las claves de la escucha activa es la repetición de las palabras que nuestro interlocutor. De esa manera, utilizando el mismo lenguaje que la otra persona, sabremos que él se sentirá escuchado por nosotros, al compartir exactamente los mismos términos. Consiste en estar en la misma onda, en el mismo bando, llevar el mismo ritmo.

Y es que el ritmo es algo fundamental. Cuantas veces nos hemos encontrado con un interlocutor que nos dormía con su hablar pausado, con su multitud de detalles, con sus pausas demasiado largas? Cuantas veces nos hemos sentido aturdidos por las ideas inconexas de quien nos habla, por no terminar ninguno de los temas abiertos en la conversación? Cuantas veces hemos notado que había algo que no cuadraba?

Y es que encontrar alguien con quien bailar con las palabras, con quien compartir el ritmo, hace que la vida se llene de música, de buena música.

Los mejores bailarines son los que son capaces de hacer que cualquier baile parezca sencillo, por complicado que sea. Pero las mejores parejas de baile son aquellas que pueden adaptarse, y son capaces de bailar cualquier tipo de música, ya sea un tango, una salsa o un hip-hop.

Keith Richards, el largo plazo y la Restauración.

Keith Richards siempre ha sido nocturno. Cuando preparaba un disco junto a los Rolling Stones, despertaba normalmente a las cuatro o cinco de la tarde, y comenzaba a grabar a partir de las doce de la noche. Estando de gira se despertaba justo para comenzar a tocar en el concierto. De hecho, sus compañeros tenían miedo de sus despertares abruptos, y enviaban a despertarle a su hijo Marlon, convencidos de que no sería capaz de hacerle nada malo. Y es cierto que tenía un mal despertar. Keith, consciente de ello, y de que la actuación debía comenzar lo antes posible, comenzó a dormir con la ropa con la que iba a actuar. De esa manera evitaba posibles retrasos en el comienzo del show. A su manera, pensaba en el largo plazo.

Una de las quejas más habituales sobre la situación política actual, y quizá una de las más razonadas, es que no se deben reducir las inversiones en Investigación y Desarrollo, ya que aunque el retorno de dicha inversión sea a largo plazo, es necesario para poner unas bases industriales y económicas.

Uno de los motivos para no incrementar las partidas de I+D es que los votantes no veremos el resultado de las iniciativas tomadas antes de las siguientes elecciones, con lo que los políticos pueden pensar que el votante no las tendrá en cuenta a la hora de depositar su voto cuatro años después. El corto plazo, los cuatro años, es lo que vence.

Durante la Restauración en España hubo algo que se llamó la alternancia de partidos. Dos partidos diferentes se repartían durante mandatos de cuatro años el poder, respetando unas pautas básicas de actuación. Cada cuatro años uno de ellos tomaba el poder, dejando al otro en la oposición, seguro de que a los cuatro años volvería a asomarse al poder. Parecido a lo que nos podemos encontrar hoy, pero oficialmente instaurado.

Propongo. Ya que hay muchas quejas y pocas soluciones….. Propongo, que al igual que Keith Richards, pensemos en el largo plazo, en nuestras necesidades futuras. Propongo que los mandatos políticos sean de ocho años, para que los gobernantes puedan centrarse en planes estructurales de verdad, que piensen en qué va a ser mejor para su ciudad o Estado a largo plazo, sin el miedo de tener unas elecciones a la vuelta de la esquina. Propongo que solamente haya un posible mandato, que no se pueda repetir como candidato, para tratar de focalizar todos los esfuerzos en esos ocho años.

Propongo, que el pueblo, sea el que sea, Estado, Comunidad o ayuntamiento, sea consultado cada dos años sobre alguno de los temas concretos más polémicos. Una consulta vinculante a los votantes, que decidirían electrónicamente en una semana al año (a través de internet en su propia casa o en lugares públicos) sobre tres o cuatro temas importantes en los cuales se intuya que la población pueda estar fuertemente dividida. Por poner un ejemplo, en los últimos años podríamos haber recibido consultas sobre la ampliación del aborto, la legalización del matrimonio homosexual, el envío de tropas a Irak o la ampliación de la deuda pública y con qué límite. El resultado, vinculante, deberá ser aceptado por el gobernante. De esta manera nadie podrá erigirse en voz del pueblo, pues el pueblo tendrá su propia voz.

Mirar a largo plazo resolverá problemas futuros. Preguntar al pueblo sobre sus opiniones haran más seguras las políticas. Dormir vestido hará que ningún concierto comience retrasado.

Keith Richards fue un yonqui en la época de mayor esplendor de los Rolling Stones. La droga era su prioridad número uno, lo primero que debía resolver cada día. Sin embargo, nunca canceló un concierto.

Roy Haynes y el cambio: “When I was young…”

Hace algunos meses estuve en el concierto de Roy Haynes, un batería de jazz que tocaba con su banda en Madrid. Batería, contrabajo, piano y saxo. Cálido, cercano, sentido. Bastante espectacular.

Cerca del final del concierto cogió el micrófono para presentar a la banda. Les presentaba por su nombre, , diciendo de donde venía cada uno de ellos. Uno de ellos, el pianista, dijo que era de Miami. Entonces Roy, maestro de ceremonias, cogió de nuevo el micrófono y djo la frase. “When I was young I used to be from Miami. Now that I´m old, I´m from New York”

La respuesta no deja de ser curiosa, puesto que uno es de donde ha nacido, pero él lo interpretó como “con que ciudad me siento identificado, de qué ciudad vengo”. Y me gustó el hecho de que no solo hubiera cambiado su ciudad con la que se siente identificado durante su vida, si no que además, nombró ambas. Nos contó su vida en apenas una frase.

El nacimiento en Estados Unidos no es un dato relevante. De hecho, si nos fijamos, siempre la respuesta a esa pregunta va a compañada de “…pero me crié en …”. La movilidad en este país es mucho mayor que la que nosotros conocemos en España. Roy Hudges, de hecho, nació en Boston, ciudad que ni siquiera aparece en su pequeña biografía.

Para Roy, que ha viajado por todo el mundo con su música, el cambio de residencia entre Miami y Nueva York supuso un cambio en sí mismo, tanto que terminó identificándose con una nueva ciudad, dejando de lado la antigua, aunque nunca olvidarla.

Ser consciente de ese cambio denota que Roy sabe quien es, cómo ha cambiado, y que está dispuesto a volver a cambiar. Aceptar el cambio, reconocerlo, aprovecharlo. Y estar dispuesto para el siguiente.

Roy Haynes no es solo uno de los mejores baterías de la historia, además… es un tío inteligente.