Una de las claves de la escucha activa es la repetición de las palabras que nuestro interlocutor. De esa manera, utilizando el mismo lenguaje que la otra persona, sabremos que él se sentirá escuchado por nosotros, al compartir exactamente los mismos términos. Consiste en estar en la misma onda, en el mismo bando, llevar el mismo ritmo.
Y es que el ritmo es algo fundamental. Cuantas veces nos hemos encontrado con un interlocutor que nos dormía con su hablar pausado, con su multitud de detalles, con sus pausas demasiado largas? Cuantas veces nos hemos sentido aturdidos por las ideas inconexas de quien nos habla, por no terminar ninguno de los temas abiertos en la conversación? Cuantas veces hemos notado que había algo que no cuadraba?
Y es que encontrar alguien con quien bailar con las palabras, con quien compartir el ritmo, hace que la vida se llene de música, de buena música.
Los mejores bailarines son los que son capaces de hacer que cualquier baile parezca sencillo, por complicado que sea. Pero las mejores parejas de baile son aquellas que pueden adaptarse, y son capaces de bailar cualquier tipo de música, ya sea un tango, una salsa o un hip-hop.